Este es un relato de una excursión que hice en Septiembre de 2005:
\"....Ayer hice una pequeña excursión con el Daimler que no hace mucho que tengo. El recorrido transcurría por el corazón de Girona y es uno de los más relajantes y bonitos que conozco.
El día era lluvioso, lo que a mi particularmente me gusta y además ideal para realizar unas fotos al Daimler, ya que seguramente esta climatología es la habitual de las islas donde procede.
La carretera escogida es una secundaria e interior, que a pesar de todo tiene un magnifico piso y que una de las características que tiene es su poca circulación, en un trayecto de 40 kilómetros difícilmente te cruzarás con más de cuatro o cinco coches.
A medida que me adentraba en ella y circulando a una velocidad tranquila de 50 a 70 kilómetros por hora, el coche y yo íbamos disfrutando de lo lindo, la temperatura era la adecuada, enlazábamos una curva con otra, subíamos y bajábamos pendientes. Es delicioso circular en esas circunstancias, es lo que le pega a nuestros cacharros viejos y además nos traslada algunas décadas hacia atrás, eso da mucho juego y realza sensaciones.
El paisaje además es precioso, los colores, por la carencia del sol tienen un color más profundo. Había una poco de niebla en algunos tramos, lo que hacia más espectacular el viaje, era impresionante ver por encima de la neblina las colinas de las montañas.
A medio camino hay una fuente en la que siempre me detengo, no solo por las bondades de ella, sino que también por la pequeña aldea que la rodea, pero sobre todo, para escuchar el silencio. Eso si que es un lujazo, ¿Cuánto hace que no escucháis el silencio, el silencio más absoluto?. En un día lluvioso no se escuchan ni los pájaros.
Siempre dejo el coche al otro lado de la fuente, para poder mirarlo tranquilamente con una buena perspectiva. Apago el motor y me acerco a la fuente, a beber un poco de su fresca agua, directamente de la mina que hay en la montaña. También hago una fotos al coche que toca y al paisaje.
Bueno es hora de reiniciar el viaje y disfrutar coche y conductor de estos pequeños ratos, que por desgracia no se pueden disfrutar cada día, pero que si procuro recordar a diario.
Así es como más me gusta disfrutar de mis cacharrillos, es como cuando era pequeño y viajaba con mis padres.







Saludos